La corriente alterna y corriente continua marca nuestras vidas, especialmente para los que somos propietarios de un vehículo eléctrico. Cada una funciona de un modo y con unos tiempos de carga totalmente diferentes. De ahí la importancia de conocer ambos tipos.
La corriente alterna
Se denomina corriente alterna a la corriente eléctrica en la que la magnitud y el sentido varían cíclicamente.
La corriente alterna fue desarrollada e impulsada por el inventor, ingeniero mecánico, eléctrico y físico: Nikola Tesla.
La forma de oscilación más utilizada es la onda sinusoidal con la que se consigue una transmisión más eficiente de la energía, aunque existen otros tipos. La manera en la cual la electricidad llega a los hogares e industrias es mediante la corriente alterna.
La corriente alterna monofásica permite, entre otras cosas, que se pueda conectar un dispositivo a un enchufe sin importar dónde está el polo activo o el neutro.
Sin embargo, en corriente continua, los polos llevan una posición concreta.
La corriente continua
Se refiere al flujo continuo de electrones a través de un conductor entre dos puntos de distinto potencial y carga, que no cambia de sentido con el tiempo. A diferencia de la corriente alterna, en la corriente continua las cargas eléctricas circulan siempre en la misma dirección (misma polaridad).
La corriente alterna supera varias limitaciones que aparecen al emplear la corriente continua. La ineficiencia de la corriente continua para su distribución a gran escala fue la causa para optar por la corriente alterna.
La corriente continua fue comercializada con «gran agresividad» por Thomas Alva Edison.
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