En estos días de confinamiento podemos observar que cuando el hombre se queda en casa, la naturaleza respira. ¿No os resulta un poco contradictorio?

Cuando afrontamos una situación inesperada como la actual, muchas veces no sabemos cómo reaccionar. Es normal. Para sobrellevar una situación así, el ser humano toma los recursos de su experiencia. Pero es que esta situación, nunca antes se había vivido en la historia del mundo civilizado.

El hombre no sabe cómo actuar y espera que todo pase cuanto antes. Por su lado, la naturaleza no ha perdido ni un segundo para recuperarse del daño que le realizamos.

Del confinamiento a la purificación del aire

Llevamos dos semanas en casa y ya escucho comentarios de personas que no saben qué hacer. Hay quienes piensan en salir de bares en cuanto todo pase. Y cuando no, llenamos la rutina diaria con actividades y llamadas infructuosas.

Nos hemos adaptado tanto a lo artificial de la vida moderna, que no concebimos una forma de vida natural. De hecho, asumimos como natural lo creado por el hombre. ¿Y qué ha creado el hombre? Un mundo basado en el capitalismo y, por ende, en el consumismo.

Y mientras todo esto acontece, la naturaleza vuelve a seguir su curso. Resurge. Los animales salen de las madrigueras donde se habían visto confinados, para adaptarse a la libertad de desplazarse sin temor por el ser humano. De hecho, la naturaleza se está recuperando rápidamente.

Como resultado, vemos los cielos de las ciudades limpios de polución.

La contaminación cae un 83% en Barcelona, un 73% en Madrid, un 64% en Valencia. La Vanguardia.

Los canales de Venecia renacen para albergar aguas cristalinas.

La cuarentena limpia los canales de Venecia. El País.

Los animales vuelven a ser libres. Y aparecen jabalís o cabras por las calles vacías de las ciudades. Incluso los pavos reales se atreven a salir del Retiro. En definitiva, la naturaleza respira como hacía décadas que no hacía.

En tan sólo dos semanas, ha sucedido lo inimaginable: un resurgir de la naturaleza.

Ante esta situación inesperada, los animales actúan dejándose llevar por la esencia de su ser y se adaptan al nuevo entorno. Mientras, los humanos lejos de adaptarnos, nos quejamos y esperamos con anhelo que todo vuelva a ser como antes. Como si eso fuese lo natural.

La enfermedad de este planeta es el ser humano que ha olvidado su esencia.

Únicamente pretendo abrir un espacio para cuestionarnos la forma de vivir que llevamos y darnos cuenta que existe otro modo. La sociedad en la que vivimos necesita reinventarse.

Nos hemos centrado en aspectos materiales y nos hemos olvidado de los esenciales. Quizás sea el momento de replantearnos si deseamos invertir en sanidad o en defensa, en educación o en deporte. ¿Dónde queremos poner el foco?

¿Sabías que Messi gana 131 millones de euros al año?

Por un futuro en un mundo sostenible, aprendamos la lección y no repitamos los mismos errores. Gracias a la naturaleza por recordarnos una vez más quiénes somos y dónde estamos.

«Cada fracaso enseña al hombre lo que necesitaba aprender». Charles Dickens.


Agradecimientos a Sergi Torres, en especial por esta charla dedicada a este momento histórico: Cómo vivir un momento inesperado.