¿Piensas comprar un coche? ¿Quieres saber por qué no deberías comprar un coche eléctrico? En este artículo encontrarás los motivos por los que no deberías hacerlo.
No tengo presupuesto
Adquirir un coche eléctrico que cubra nuestras necesidades puede suponer un gran desembolso inicial. Aunque esta situación poco a poco va cambiando.
Es importante, que hagas tus propios números y no pierdas calidad de vida por realizar la compra de un vehículo, independientemente de que sea eléctrico o térmico.
Ya existen modelos por 17.000 € con 260 km de autonomía WLTP, como es el Seat Mii Electric. Y si vamos al mercado de segunda mano se pueden encontrar opciones interesantes por debajo de ese precio.
No obstante, si buscas un coche eléctrico único que cubra todos tus desplazamientos, incluidos viajes, es posible que las opciones que más te cuadren se alejen de tu presupuesto.
No te preocupes hay muchas soluciones en movilidad eléctrica, o quizás tu momento no ha llegado. El coche eléctrico es una posible solución, pero hay muchas otras para recorrer este mismo camino.
Si finalmente el coche eléctrico no es para ti, pero necesitas uno, opta por comprar un coche usado. Tratemos de no fomentar la venta de vehículos de combustión nuevos. De forma que aceleremos el Efecto Osborne.
Moda
Vivimos en una sociedad movida por un consumismo muchas veces asociado a modas. El vehículo eléctrico ha llegado para hacer de este mundo uno más sostenible, en el que reduzcamos nuestra huella ecológica. No hagamos una moda del vehículo eléctrico. Este siempre ha de cubrir necesidades.
La legislación y las normas lo promueven
Desde las instituciones se ha comenzado una campaña para tratar de sensibilizar al ciudadano y que entre todos reduzcamos nuestras emisiones.
Las decisiones que se han tomado en muchas ocasiones buscan promover la compra de vehículos eléctricos del camino que más rápido aprendemos los seres humanos: a base de multas y prohibiciones.
No obstante, considero que el cambio al vehículo eléctrico debe ser un acto hecho desde la convicción y no desde la imposición. Y voy a tratar de explicarlo con un caso concreto.
No es extraño ver cómo algunas personas optan por comprar vehículos híbridos enchufables o eléctricos con autonomía extendida con el único objetivo de tener una etiqueta Cero emisiones que no les limite en sus desplazamientos urbanos. ¿Y cuál es el inconveniente? Pues que emplean su vehículo de igual modo que su anterior coche de combustión, sin preocuparse por cargarlo. Simplemente por los beneficios que ofrece, como puede ser el aparcamiento gratuito.
No recorro suficientes kilómetros al año
Si recorres menos de 15.000 km al año, es posible que en tu caso no sea rentable ni económica, ni ecológicamente tener un vehículo en propiedad.
Actualmente existen empresas de carsharing que ofrecen soluciones a la movilidad personal en la puerta de tu casa y a un precio bastante razonable.
Para otros, una opción de renting pueda ser más interesante. Sea cual sea tu caso, estúdialo. Echa tus propias cuentas y toma una decisión.
Conozco personas que no recorren ni 10.000 km al año, viven en grandes ciudades y tienen vehículos en propiedad. Es muy posible que para la mayoría de estos casos, las soluciones ya descritas fuesen más que razonables.
Me gusta conducir 500 km o más sin parar
A pesar de las recomendaciones de la DGT de parar 20 minutos cada 2 horas o cada 150 ó 200 km, hay propietarios que aún conducen largas distancias sin siquiera parar a descansar o mear. Si es tu caso, el vehículo eléctrico no es para ti.
Hoy ya puedes comprar un coche eléctrico que te permita viajar hasta 629 km de autonomía en ciclo EPA con una única carga. Otra cuestión diferente es que le cuadre a tu bolsillo.
Recordemos que el ciclo americano EPA es mucho más restrictivo que el europeo WLTP. El primero es bastante realista, pero aún así estas cifras no indican autonomías a velocidades de autovía.
Por mi experiencia diría que a velocidades de 90 ó 100 km/h es factible conseguir la autonomía EPA. Y en algunos casos incluso la WLTP.
La autonomía varía en función de muchos factores, no sólo de la velocidad. Todos estos factores los veremos en el curso en detalle.
Cuando viajo no paro más de 5 minutos
Existen personas que les resulta imposible parar 20, 30 ó 40 minutos a descansar y estirar las piernas en un viaje. Si es tu caso, entonces es posible que el vehículo eléctrico no sea para ti.
En mis viajes es habitual que pare a cargar unos 30 minutos cada 200 ó 300 km. Son las mismas paradas que hacía con mi anterior coche de combustión, pero comprendo que para otras personas pueda ser un problema.
No dispongo de garaje
Si no dispones de una plaza de garaje en la que poder ubicar un punto de carga, ni tampoco tienes un punto de carga de referencia cercano, muy posiblemente no sea tu momento de pasarte a lo eléctrico.
Más adelante, en el curso valoraremos este punto y entraremos en detalle.
Viajo frecuentemente a lugares sin electricidad
Si viajas con frecuencia y en tus destinos no dispones ni siquiera de un enchufe doméstico en el que poder cargar tu coche eléctrico, entonces no es tu momento.
En un enchufe doméstico puedes recuperar unos 10 km por cada hora enchufado. Es un dato aproximado, pues en función de la potencia de carga y el consumo medio del coche este dato puede ser superior o inferior.
A la mayoría de propietarios de vehículos eléctricos con un enchufe doméstico nos sería suficiente durante nuestras vacaciones, incluso en el día a día. ¡Pero ojo! ¡Un enchufe doméstico no debe ser la forma de carga habitual!
En mi caso, si la instalación está correctamente preparada, cargo al máximo de potencia permitida por mi coche: 13 A. De esta forma recupero unos 13 km por cada hora enchufado. Cuando viajo el coche suele estar parado mínimo unas 12 horas de un día para otro lo que permite tener unos 150 ó 200 km más.
Me gusta el ruido del motor
Hay personas que les gusta escuchar el ruido del motor de su coche. Llevan tanto tiempo escuchándolo que se sienten extrañas al cambiar sus hábitos.
Es respetable, pero hemos de ser conscientes de que la situación medioambiental que vivimos nos lleva a tener que tomar este tipo de decisiones.
Por su parte la normativa europea va a obligar a que los vehículos eléctricos emitan ruido en marcha, pero únicamente a bajas velocidades. Es un tema que trato en profundidad en este artículo.
Me gusta el olor a la gasolina
Visitar la gasolinera es algo que tendrás que olvidar cuando tengas un coche eléctrico. Si te acercas a una de ellas será para mirar la presión de los neumáticos o para lavar tu coche.
La comodidad y el ahorro de tiempo y dinero que supone tener el surtidor en tu propia casa es algo únicamente comprensible por aquellos que lo vivimos.
Me gusta visitar al mecánico una vez al año mínimo
Las visitas a tu taller se reducirán drásticamente. Los coches eléctricos no requieren de las revisiones, ni los mantenimientos que exigen los de combustión.
Realicé la revisión de los 80.000 km a mi Tesla Model S, el coste fue de 32 €. Es el precio que tenía el filtro del habitáculo.
La mayoría de fabricantes tradicionales continúan obligando a las revisiones anuales en sus vehículos eléctricos. Es algo sumamente curioso, pues en realidad los mantenimientos son mínimos.
Recorrer 8 km y no sólo no consumir energía, sino que además tienes 1 km más de autonomía que al salir, sólo puede suceder con un vehículo eléctrico.
— Emilio J. Fernández Rey (@Emilio_JFRey) August 20, 2019
Cosas de bajar puertos de montaña 🚗 🔋 ⚡️ pic.twitter.com/F4Lo0yjYpF
¿Y los frenos? La verdad es que la mayoría de los vehículos eléctricos, debido a su frenada regenerativa no hacen casi uso de los frenos. No es extraño encontrar noticias como esta en la que un taxista de un Nissan Leaf recorre 372.000 km sin cambiar las pastillas de freno.
Estos son algunos de los argumentos por qué deberías o por qué no debería comprar un coche eléctrico.
En este artículo que publiqué para Pásate a lo Eléctrico puedes encontrar más ventajas y desventajas de tener un coche eléctrico.
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